lunes, 29 de junio de 2009

De Heráclito


"Por mucho que andes, y aunque paso a paso recorras todos los caminos, no hallarás los límites del alma".

miércoles, 24 de junio de 2009

Las pinturas de la Stoa Poikile


Pórtico reconstruido de la Stoa de Atalo en el Agora de Atenas.


La stoa o pórtico, era una de las construcciones más sencillas de la arquitectura griega, un espacio de planta rectangular alargada, cubierto, conformado mediante una sucesión de columnas y muros laterales. Era un tipo de edificio idóneo para el clima mediterráneo, su función principal era la de proporcionar un ambiente confortable que favoreciese las relaciones sociales, las transacciones comerciales, la orientación legal y las reuniones filosóficas y políticas. Solía formar parte de los espacios públicos, como plazas, gimnasios y jardines, protegiendo del sol y la lluvia a los ciudadanos.


Doble columnata dórica y jónica de la Stoa de Atalo


La llamada Stoa Poikile (Pórtico Pécile o Pintado), también conocida como el Pórtico de los Atenienses, fue levantada entre el 475-450 a C. Era la stoa más antigua de Atenas. Construida por Pisianacte, cuñado de Cimón, en el lado N del Ágora, según el proyecto de reconstrucción de Atenas, después de su destrucción por los persas en el 480 a. de C. Estaba orientada hacia el S, lo que favorecía la entrada del calor del sol en invierno, quedando al resguardo de los fríos vientos del norte. Su fachada abierta era recorrida por una doble columnata, dórica al exterior y jónica al interior. Detrás del edificio había otras construcciones y manzanas de casas. En su frente, se alzaban numerosas estatuas, entre ellas, un retrato de Solón. El filósofo Zenón de Citio acostumbraba a dar sus lecciones en público en esta stoa, de donde ha derivado el nombre de su doctrina como escuela estoicista. El edificio fue identificado en 1981 por un equipo americano, gracias al testimonio de Pausanias.



Situación de la Stoa Poikile en el Agora de Atenas


Sobre el muro del fondo de la stoa se colgaron cuatro grandes tablas pintadas que representaban algunas importantes victorias militares atenienses, a la vez históricas y mitológicas. Por las fuentes conocemos la identidad de los autores y de sus obras: Polignoto de Tasos pintó una Iliupersis (saqueo de Troya) y la Batalla de Enoe (de la que no existen referencias, excepto el nombre), Micón recreó una Amazonomaquia y a Paneno se le atribuye la Batalla de Maratón. Casi dos mil quinientos años después de ser pintadas, no quedan muchas noticias de estas obras, ni de sus autores. Son escasas las fuentes documentales que las mencionan.



Reconstrucción figurada de la Stoa Poikile



Reconstrucción de C. Robert de la Iliupersis de Polignoto para el Tesoro de los Cnidios, en Delfos



De Polignoto de Tasos, hijo y discípulo del también pintor Aglaofonte el Viejo, sabemos que estuvo activo durante la primera mitad del s. V a. de C. Considerado uno de los pintores más importantes de su época, consigue evolucionar el arte de estilo arcáico a una nueva concepción más refinada y naturalista. Además, fue el primer pintor en obtener un reconocimiento artístico y social como autor, lo que significaba un avance sobre la tradicional categoría artesana que había tenido la pintura hasta entonces. No se conocen fechas exactas de su trayectoria. Por su relación amorosa con Elpínice, hermana de Cimón, puede deducirse que se encontraba en Atenas antes del 460 a. de C. Plutarco recuerda que Polignoto retrató a la exuberante Elpínice en la figura de Laódice (hija de Príamo), una de las cautivas troyanas, en la Iliupersis del pécile, obra que realizó gratuitamente, obteniendo como recompensa la ciudadanía ática. La Iliupersis o “el saqueo de Ilión”, estaba basada en un poema épico de la literatura griega arcáica, hoy perdido, que narra los trágicos sucesos ocurridos en Troya, a partir de la captura del célebre caballo de madera que permite a los griegos apoderarse de la ciudad. Polignoto repitió el mismo tema en el Tesoro de los Cnidios de Delfos.




Detalle con Helena en el centro



Casandra abrazada a la estátua de Atenea



De Micón, pintor ateniense, sabemos que era contemporáneo de Polignoto, y, probablemente, participaba de su mismo estilo innovador. Según las imágenes que aparecen en los vasos áticos de figuras rojas de mediados el s. V a. C., las representaciones pictóricas habían alcanzado un nuevo desarrollo. En cuanto a los personajes, los vestidos estaban más elaborados y las posturas corporales eran más dinámicas y expresivas. Se inventa el escorzo y el estudio individualizado de caracteres. En cuanto al concepto del espacio, se abandona la línea de tierra uniforme del periodo arcaico y se sustituye por un avanzado sistema de planos múltiples que situaban a las figuras en diferentes niveles de la composición, con referencias a objetos, elementos del paisaje y arquitecturas. Estos nuevos hallazgos gráficos, que revolucionan el estilo de los pintores de vasos de este periodo, son atribuibles a la influencia de las grandes pinturas murales sobre los círculos artesanales atenienses.






Amazonomaquia. Detalles de la crátera atribuida al Pintor de los Sátiros Velludos



La Amazonomaquia fue realizada por Micón y representaba el episodio mitológico del combate de los atenienses contra las invasoras amazonas por la defensa del ática. Tiene su origen en el relato del noveno trabajo de Hércules, que trata de su expedición, acompañado por Teseo, al país de las amazonas, en el Ponto Euxino, para apoderarse del cinturón de Ares en poder de la reina Hipólita. Tras conseguir el cinturón mágico, Teseo rapta a Antíope, hermana de Hipólita. La lleva a Atenas y tiene con ella un hijo, Hipólito. Como consecuencia del rapto, las amazonas organizan otra expedición de castigo que, tras cruzar el Bósforo, invade el ática, combatiendo durante cuatro meses contra los atenienses. Finalmente, son derrotadas por Teseo y expulsadas del ática, refugiándose en las lejanas tierras de Escitia.



Amazonomaquia. Detalle de crátera atribuida al Pintor de los Nióbidas.



Existen algunas breves referencias sobre esta obra en las fuentes literarias. Escoliasta habla de amazonas a caballo combatiendo contra hombres. Arriano alaba la perfección de la obra. Y Pólux critica la negligencia de Micón al pintar una pestaña en el párpado inferior del ojo de un caballo, inexistente en la realidad. Respecto a las fuentes arqueológicas, hay catalogados una decena de grandes vasos con esquemas figurativos semejantes que parecen derivar de una misma pintura. Se ha intentado (Bielefeld) aislar tres motivos, deudores de una composición pictórica más amplia, de la que habrían sido extraídos: una amazona que retrocede violentamente perseguida por un griego, una amazona a caballo luchando contra un griego que está acompañado por otro guerrero y una amazona caída sobre sus rodillas, empujada por un guerrero al que le tiende sus brazos invocando clemencia.



Amazonomaquia. Detalle de crátera atribuida al Pintor de Pentesilea.



La última gran pintura exhibida en el pécile, y la más famosa de todas, era la Batalla de Maratón, atribuida a Paneno, un pintor más joven que los anteriores y hermano del escultor Fidias, con quien colaboraba en la coloración de sus esculturas. También había sido atribuida, en un primer momento, a Micón, a quien le sería encargada después de haber pintado la Amazonomaquia. Según P. Moreno, lo contradictorio de esta doble autoría puede explicarse, ya que, tras del exilio de Cimón de Atenas, en el 462-461 a. de C., condenado al ostracismo por su política filoespartana, sube al poder el partido popular dirigido por Efialtes y Pericles, que replantearon el inicial proyecto decorativo del pórtico, sustituyendo a Micón por Paneno cuando la pintura ya estaba empezada. Se recuerda una anécdota, en la que Micón fue condenado a pagar una multa de treinta minas (3.000 dracmas) por representar a los griegos menos altos que a los persas, que ayudaría a entender el cambio de un pintor por otro.





La batalla de Maratón celebraba la victoriosa defensa del ática por los atenienses durante la primera guerra médica. La crónica histórica de los hechos sitúa a las naves de los persas penetrando en la bahía de Maratón, donde desembarcan y montan su campamento. Los atenienses, con la ayuda de Platea, consiguen organizar un ejército de once mil soldados, mandados por Milcíades. La mañana del día 6 de Boedromión, de la olimpiada LXXII (29 de septiembre del 490 a. de C.), ya estaban dispuestos para la batalla. Durante la noche anterior habían cubierto de troncos y ramas de árboles la llanura, a fin de que no pudiese maniobrar la caballería persa. Llegado el momento oportuno, da Milcíades la señal de atacar y los atenienses se arrojan a la carrera. Asombrados, los persas, ante esta acometida, resisten con valor. Luchan obstinadamente los dos bandos durante algunas horas; el flanco derecho del ejército helénico arrasa a los persas; el flanco izquierdo les arroja a un pantano, y las dos alas, victoriosas, caen sobre el general Datis y el centro de sus tropas. Derrotados completamente, los persas, se dirigen a sus naves y emprenden la huida.





La pintura de Paneno, conmemorativa de esta gloriosa batalla, es descrita por Pausanias después de verla en Atenas: “los beocios de Platea y todos los del Ática se arrojan al combate contra los bárbaros, y aquí las partes de unos y otros en la acción son iguales; pero ya en la misma batalla se ven huyendo los bárbaros y empujándose unos a otros hacia el pantano. Cierra la pintura las naves fenicias y los helenos dando muerte a los que, entre los bárbaros, caían sobre ellas. Allí están pintados también el héroe Maratón, del que la llanura recibe el nombre; Teseo, representado como saliendo de la tierra; Atenea y Hércules. De los que luchan se distinguen muy bien en la pintura Calímaco (murió en el ataque a los barcos persas fondeados en la costa), que fue elegido polemarca por los atenienses, y Milcíades (padre de Cimón), uno de los estrategas, y el héroe llamado Equetlo”. Por su parte, Plinio añade a los anteriores la representación de la figura de Cinégiro, hermano del dramaturgo Esquilo, también muerto en la batalla, y la de los persas Datis y Artafernes, éste segundo sobrino de Darío, que comandaban el ejército y la escuadra respectivamente.




Estado actual de las excavación de la Stoa Poikile en el Agora de Atenas.



Este ciclo pictórico montado en el pécile de Atenas, es el primer referente conocido de la utilidad social del arte como traducción visual de la lucha por la libertad de un pueblo y supone la primera ilustración de la conciencia ciudadana democrática. Resulta sorprendente comprobar la admiración y el respeto con el que fueron conservadas a lo largo de los siglos tales pinturas, puesto que, Pausanias, en el siglo II, todavía pudo verlas y comentarlas en su obra la Descripción de Grecia. Más aún, consiguieron sobrevivir, protegidas en el interior del pórtico, hasta el siglo IV, época en la que Sinesio de Cirene (370-413) se lamentaba de su pérdida, porque algún cónsul romano había desmontado los paneles, fijados al muro con grapas metálicas.



Si calculamos los años que estos cuadros estuvieron colgados, desde mediados del siglo V a. C., hasta, aproximadamente, mediados del siglo IV, resulta un periodo de ochocientos años de exposición permanente. Se deduce de ello, la indiscutible solidez técnica alcanzada por los pintores griegos, que se suma a ese sentido propio de las culturas antiguas por construir con un afán de permanencia absoluta sobre el tiempo. En términos comparativos, a los frescos de Miguel Angel, en la Capilla Sixtina, todavía le faltan trescientos años para igualar la marca de ochocientos de las tablas del pécile; y, a las Meninas de Velázquez, cuatrocientos años más, solo por poner dos ejemplos inmortales, que gozan de una conservación y protección inmensos. Sin embargo, ¿quién podría asegurar hoy que estas grandes obras vayan a perdurar intactas varias centurias más?


lunes, 15 de junio de 2009

Pasarangas


La palabra del título que encabeza este blog, pasarangas, es el plural de una medida antigua utilizada para determinar largas distancias. De origen egipcio, fue adoptada por persas y griegos por su precisa relación entre el espacio recorrido y el tiempo empleado, en términos humanos. Una pasaranga equivalía a 30 estadios y un estadio a 180 metros, por tanto, una pasaranga equivalía a una distancia de 5.400 metros, o la distancia que podía recorrerse a pie en una hora de paso vivo. Roma convirtió la pasaranga en legua, práctiamente con los mismos atributos originales. Desde entonces, la legua fue normalizada como medida itineraria, variando su longitud, según países y regiones (la legua española equivalía a 5.572 m.), hasta la implantación definitiva del sistema métrico decimal en 1889. Por medio de la pasaranga, o de la legua, se podían determinar las etapas de un largo viaje, en función de las horas diarias empleadas en su recorrido: el primitivo cuentakilómetros del caminante.

sábado, 13 de junio de 2009

Monte Olimpo


El monte Olimpo , con 2.917 m., es el pico más alto de Grecia. Su fama se debe, como todos sabemos, por ser la idílica morada de los dioses del antiguo panteón griego. Al menos, hasta que, en 1913, los suizos Frederic Boissonas y Daniel Baud-Bovy, acompañados por el paisano del lugar Christos Kakalos, hicieron cumbre y devolvieron a tan egregios inquilinos a su originaria residencia, entre los textos de los poetas que nos transmitieron sus crónicas.

Alguna información para subir al Olimpo, en los siguientes vínculos: uno, dos y tres.

Albergues en Atenas


Hospedaje económico en Atenas, aquí y aquí también.